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Mostrando entradas de enero, 2013

Mientras callaba.

Me mataron; las críticas, los insultos mal intencionados. Me mataron las palabras             mientras callaba y me desgarraba la garganta. Me traicionó, me compararon. dime ¿Por qué comparar? me traicioné. Y no quería soltarte. Temía que te fueras. Temía no volverte a ver. Buscar de nuevo la poesía, abrazarla,  y dejar que ella me cuidara. Pero ahora, no quiero que me cuiden, necesito, que me devuelvan la vida.

XXII

Te refugiaste en mis versos más incoherentes, en los más hirientes, para hacerme dudar; hoy ya no sé si te tengo, si te fuiste o si aun queda lugar. Me vistes con escamas doradas, procurando olvidar, te muerdes los labios y me haces sangrar. ¿De qué sirve tenerte cerca, si igual te he de extrañar? -Malaci.

Me mintió la poesía.

Dejé de leer pero el libro seguía abierto. Tú cerraste la tapa, pero yo dejé la página marcada. Cogiste el siguiente libro y lo empezaste. Nos mintieron, me mintió la poesía. Cortaron mis hilos. No éramos nosotros, y ahora tengo que leer sola.

Grito, que siento.

Y cuando bebo enloquezco. Solo quiero gritar lo que siento. Y cuando bebo te siento. Solo quiero suspirar cada recuerdo. Y no es bueno, amarte, no beber. Ven a por mi, que mi sangre ahora es inflamable  y me hace decir la verdad.

Uno más, por favor.

Ya no sirve. Los grados en sangre no curan las heridas. Nos mintieron. La barra del bar me hace sentir sola, y la música de fondo solo sabe hablar de nosotros. El alcohol no olvida, ni evade. Quema. Solo quema y guarda las cenizas. Ponme otro más, porque ahora necesito necesitarte.