Hoy me he dado cuenta que las postdatas, sin ser introducción, argumento o conclusión, son mi parte favorita de cada carta. Siendo externas al motivos del envío son la parte más personal del autor. La introducción de mi vida son las tazas blancas de café, como argumento digo un libro gastado, y la conclusión un desenlace sin concluir, pero si hablamos de postdatas, tú eres la postdata de mis días.