-¿Desde dónde escribes?- Dice, mientras le acaricia la mejilla- -Desde la profundidad de tus ojos, desde tu piel morena, desde el castañeo de tus dientes. Escribo desde el vacío de mi pecho. -¿Por qué suspiras?- Enlazando sus miradas- -Solo expulso las ganas de ti.-Baja la mirada- -¿Es necesario que lo hagas?- Posando el dedo pulgar en su mentón.- -¿Es necesario hablar?- Sube la mirada.- -Es necesaria tu presencia.- Dice, mientras le besa.- -Desde ahí escribo yo.