Hoy me sorprendo extrañándote, como no debía de ser.
Violando versos nocturnos, alcoholizados y despeinados.
Incluso si ya no te tengo o nuna te tuve, soy demasiado egoísta porque no quiero que me olvides.
Me he roto el corazón,
pero no me importa.
He ahogado los pulmones y emborrachado el alma.
Y a las venas,
A las venas las he incendiado,
Pero poco ya me importa.
Hoy se me antoja la apatía.
Y ahora que no me has de escuchar,
que no me has de leer te digo que de verdad te llegué a querer.
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