Busqué la fricción de dos cuerpos
que,
sin necesidad de respirar
se mantenían con vida.
Descubrí la fusión causal sin tacto,
la vibración .
Y,
cuando te dejé ir:
acabé encontrando, en el humo de mis pulmones,
tu aroma camuflado; con garras afiladas y un
ejército de mil alvéolos luchando por permanecer.
Ahora,
(te esnifo) a diario.
Comentarios
Publicar un comentario