Hemos soltado los perros,
que buscan sin soborno
-de huesos de pucheros-
vuestros restos.
Hemos
notado la lima
áspera, en nuestras lenguas
el esmalte
en vuestros informes
Sabido
que es humo
vuestra retórica
cigarrillos
vuestras carteras
Y lo más importante;
Encontrado
el jardín
lleno de rosas sin espinas,
tras la Iglesia,
que tanto cuidáis.
Los derechos, muertos,
con vuestras deudas.
Las cenizas
que corrompían los olivos
No se os oye,
gritad, gritad, gritad
" no creemos vuestras mentiras"
Podáis la raíz
dejando la tierra
de testigo..
y ella siempre pide autopsia.
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