No sabía como decirte adiós
así de cobarde me hizo el viento.
Estoy hasta el cuello de clavos
con vendas y yodo
y me da miedo sangrar.
No sé como decirte adiós
el viento no ha cambiado
y todo
tu risa, mi boca, el gemido
está cosido a mi espalda.
Le he mordido las uñas al tiempo
para olvidarte, amor
y he envejecido dos veranos.
No sé decirte adiós
-de verdad que no-
solo espero que la poesía
sepa hacerlo.
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