Hay algo que no encaja.
El ruido de las gotas chocando con el eco de tu ausencia,
la humareda nacida en mi pulmón izquierdo o el miedo
escondido entre los dedos,
aquel miedo que te impide coger el fuego con las
manos y saborear el viento con el vientre.
la humareda nacida en mi pulmón izquierdo o el miedo
escondido entre los dedos,
aquel miedo que te impide coger el fuego con las
manos y saborear el viento con el vientre.
Puede ser la escena del crimen, la mancha de sangre con olor a lejía,
la culpa acribillada a balazos por dos bandas,
la declaración de inocencia cambiada
y deshecha cada domingo,
la culpa acribillada a balazos por dos bandas,
la declaración de inocencia cambiada
y deshecha cada domingo,
el perdón que no se escuchó e incluso
la chica que te desorientó.
la chica que te desorientó.
Pero la verdad; eso poco me importa.
Hay un apagón, inesperado e ilegal, luchando por mudarse de vida
o de muerte, aún no sé como llamarle.
o de muerte, aún no sé como llamarle.
He dejado de reparar las manchas,
aceptado que estoy en ruinas, paseado por los laberintos de verdades
que siempre traen realidad y juro haber encontrado el pozo.
Le he dado una moneda, me la ha devuelto y me ha dicho que no vuelva,
que siempre traen realidad y juro haber encontrado el pozo.
Le he dado una moneda, me la ha devuelto y me ha dicho que no vuelva,
Que cada vez que aparezco todo vuelve al caos.
Hay algo que no encaja; y dicen que fuimos nosotros.
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