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Pariendo la revolución.

Yo
Mujer 
Cuerpo
Mente
Humana deshumanizada por la A
Humano calificando cuerpos
Mentes descalificadas del poder

Nosotras
Mujer acompañante
Mujer sombrero para quitarle el sol
Mujer objeto indispuesta para explotación
Caderas en continua demolición 
Cinturas amarradas con cuerdas 
y cada día un centímetro menos
Cuerpos atornillados a paredes públicas 
Tetas y 75 complejos
Tetas y 95 faltas de respeto

Yo
Niña sin destornillador 
Niña amamantando sin pechos un nenuco en el parque
Naturalidad hecha tabú en el patio de colegio
Niña sintiendo su propia biología
como vestigios de los que hay que deshacerse

Mujer solterona
Mujer impar
Hija insana del patriarcado
Mujer deseando teñir de sangre,
sangre que brota del vientre,
el vestido de su boda. 
Humana intentando ser libre
Humana intentando ser puta
a ojos del resto.

Ojos enfermos
Violencia romántica
Romances con muertes
Muertas asesinadas
Mundo de ellos
Mujeres sin hogar haciéndoles las camas
Mujeres gritando por la ventana
Persianas cerradas
Bocas cerradas
Piernas abiertas 
Mujeres deshumanizadas.

Conclusión;
Compañeras sin miedo pariendo
la revolución.




Comentarios

  1. Mujeres sin hogar haciéndoles las camas... me encanta. Es realmente bueno y nada extremo

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Sucio, no obsceno.

Y si me tientan tus labios no podrás culparme de ello. Voy a negarme a tenerte solo una noche. Seré dueña de tu locura cuerda. Odiaré al Sol por descubrirnos, por inundar de luz cada rincón. Prometo no estar conforme, exigir más. Puedo frustrarme con cada atardecer por compararse con los colores de tus ojos. Buscaré en la profundidad del mar.  Lo desconocido no tiene por que dar miedo. Lo sucio no siempre es obsceno. El amor, no siempre duele. Y aunque parezca injusto, exijo tu presencia.. Me gusta contaminar tu piel de lágrimas de impotencia o dolor. No reconocerme. Estar al filo del abismo y valorar lo que me da vida. Vuélveme loca esta noche, que mañana no quiero recordar.

A fuego lento.

Se me retuercen los poros cuando me ataca la duda y el estómago declara la huelga . Me rasga la piel de la espalda con las uñas del pasado ensangrentadas ya del último maltrato. Ridícula y la tilde me taladra la clavícula. Gorda y la yema de los dedos vuelven con las viejas adicciones. Estúpida estás sangrando y barriendo el pasillo. Has dejado los interrogantes por las perchas, el llanto en el teclado, las inseguridades en la cisterna, la ansiedad en el frío, el ego a fuego lento, la mentira emplatada, la toxicidad sosteniendo el tenedor, la sumisión el cuchillo y los gritos, los gritos como siempre dentro del armario. Dime cómo seguir en pie si tras las puertas de mi casa se respira mi muerte. Si cada noche le doy la bienvenida a todas las escenas de terror con la boca tapada y sin posibilidad de decir No. Que ya no me culpo, solo me comparo y esa es otra manera de recortarme la cadera.
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Aquí si y ahí no.

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