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Y qué bien se llora en tu espalda.



Prometí no volver a escribirte,
lo sé.
Has vuelto y parece que pronuncio
la vida con otras palabras
Maldito seas y maldita la geometría
de tu espalda
Ya no me encaro con ella.

Eres ruido,
el ruido inmarcesible de una noche
de concierto,
el bom bom clap que deja lucir la rima,
el grito envuelto en el horror de resucitar sola,
la seguridad en un cara o cruz amañado,
y si sale cara cargo con tu cruz.

Nos han visto cogernos de las uñas
como si mañana prohibieran arañarnos,
como si mañana se secaran los mares
- y dejaran al descubierto mil cadáveres de madera-
o chaparan los bares negándome mi café del domingo.
Yo me aferro a ti como si mañana al tiempo
 le apeteciese apartarte de mi cintura.

Tengo las manos acojonadas tras no dormir dos noches
completas por estar tocándote.
Vuelvo a echarte de menos,
como de costumbre.
Han bastado tres meses de huida
Y 14 libros,
5 pares de guantes, que no se parecían ni por
asomo a tus dedos,
y dos bombonas de gas para encender
el precipicio de todos los cigarros que he malgastado
porque sin tu boca
la droga no sabe igual.

Y tú eres capaz de aliviar la melancolía de un libro
 cuando se utiliza para cualquier otra cosa
 que no sea romperse por dentro un capítulo más.

Has vuelto.
He salido del sótano
~sin bragas y con el pelo suelto~
Y tengo 27 vidas y un solo mundo, sin paralelismos,
para que me llenes las tetas de viajes
 -de idas y de vueltas - entre mis dos vértices.

Tus alas no maltratan mi vuelo,
mi vuelta solo quiere curarnos
y la cura reside en el instante
en el que levantas la mirada
y decides no interrumpir
mi búsqueda de heridas,
sabiendo
de anteverso, que soy frágil
cuando leo.

Te acuestas en el lado más triste de mis miedos,
la cumbre de mis miserias y caigo entonces
en que llorar es como beber cerveza; siempre es la penúltima.

Pero repito;
Nuestra historia está amañada.
Si sale cara cargo con tu cruz.
Si sale cruz elijo tu cara.

Entonces respiras la verdad sobre la vida;
es tan pura como el arrepentimiento en los márgenes
de la despedida de un suicida
enamorado de una sola casualidad llena
de coincidencias intencionadas
por nuestras propias situaciones,
que solo nos hace querer regresar a casa.

Y qué bien se llora en tu espalda.











Comentarios

  1. "Si sale cara cargo con tu cruz
    si sale cruz elijo tu cara"

    Me encantan estas cosas. Poesía joven, urbanita y fresca, sentimiento triste y desgraciadamente demasiado conocido. Con permiso me quedo por aquí.

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